domingo, 26 de junio de 2011

Salir del armario

Aquella mañana me levanté resuelta a contárselo a mis amigas. No lo había hecho antes porque quería quitarle importancia y porque además, no me gusta ser el centro de atención a menos que haya ido a la peluquería antes. De modo que las llamé una a una y las cité en la nueva y preciosa cafetería de Cup-cakes que han abierto en el centro. Igual les daba la pista si no me veían devorar uno de esos preciosos pastelitos y no tenía que dar tantas explicaciones.
A la hora fijada empezaron a llegar. Yo las esperaba sentada en una de aquellas diminutas mesitas con mi pelo recién arreglado y una sonrisa de oreja a oreja. Pus, pus...muchos besos y abrazos, unos cafés y una bandeja de pasteles azules en el centro de la mesa (más bien la ocupaba entera) después, aclaro mi garganta y con gesto serio les digo que las he reunido para contarles algo. Todas me miran de arriba a abajo y casualmente paran en mi barriga De pronto estallan en un agudo y perfecto chillido común: "estás embarazada-aaaaa-aaaaa-aaaaa!!!!". Aplauden, ríen e incluso veo alguna lagrimilla de emoción haciendo bulto en el momento. Toda la cafetería nos mira y yo asiento para no decepcionar al auditorio, seguro que la magdalena les sienta mucho mejor. Con un rojo chillón en mis mejillas, me siento de nuevo y las hago reunirse cabeza con cabeza, igualito que en el campamento cuando el monitor nos daba las instrucciones para machacar al equipo contrario. "No es un embarazo, si hace dos días que salí de la cuarentena!!. Lo que quiero deciros es sólo que soy intolerante!". Se hace el silencio, cada una busca la cara de la de al lado para ver como van las reacciones. Una pelota de ramajos pasa rodando por entre nosotras  hasta que al fin Pilar, la amiga rubia rompe el hielo: "Ahhh, intolerante. Pues muy bien nena. Hombre, yo no lo hubiera dicho porque pensaba que para eso tienes que llevar el pelo rapado y una esvástica en el brazo pero ya sabes que yo te quiero como eres, aunque déjame que te recomiende a mi psiquiatra, seguro que te puede ayudar, es una fenómena". Ahora ya sí, ahora soy yo la que estalla en una enorme y sonora carcajada. Ellas me miran y me sonríen sin saber bien que decir. Cuando pude parar, siete minutos después, me encontré más relajada que nunca y con la piel milagrosamente estirada. Les conté, me escucharon, preguntaron y se terminó. Aquella fue mi salida del armario y he de decir que desde entonces soy un poquito más feliz, por lo menos cuando quedamos para tomar las cañas y ni una sola se pide una tapa de jamón para acompañar. Con lo de los cup-cakes tuve menos suerte, no quedó ni uno. Brujas...

sábado, 25 de junio de 2011

Arroz meloso con pollo, gambas y mejillones

Siempre suelo tener en el congelador mejillones y gambas peladas porque para un apuro vienen muy bien. Hoy pensaba hacer unas alitas de pollo al horno pero se me ocurrió juntar todo y el resultado ha sido un arroz impresionante. El secreto creo que ha sido el pimentón. Bueno... y cocinar con muuuuucho amor.

Ingredientes:

Seis alas de pollo
Un puñado (aproximadamente 100grs.) de mejillones descongelados. Por supuesto, mucho mejor si son naturales.
Un puñado de gambas peladas descongeladas
Una cebolla
Medio pimiento rojo
Medio pimiento verde
Un tomate maduro
Cuatro dientes de ajo
Perejil picado
Una cucharada de café de pimentón (de La Vera)
Aceite de oliva, sal y pimienta.

Receta:

Lavamos la vedura y pelamos el tomate. Lo troceamos todo en pequeños cuadrados menos los dientes de ajo a los que, con la misma piel, daremos un golpe (por ejemplo con el mango de un cuchillo). En una cacerola con aceite caliente, vertemos los ajos machacados (no demasiado) y dejamos que se doren bastante, sin que lleguen a quemarse. Los sacamos y retiramos. En ese mismo aceite vertemos la cebolla. Dejamos dos o tres minutos y añadimos los pimientos. Rehogamos de nuevo unos minutos a fuego medio y añadimos el tomate también partido en trozos pequeños. Bajamos el fuego y echamos un pellizco de sal. Dejamos que se haga durante unos diez minutos, sin prisas. La base de un buen plato es a menudo un buen sofrito, de modo que merece la pena tomarnos algo más de tiempo en este paso.
Una vez que lo tenemos hecho (el tomate empieza a pegarse ligeramente al fondo de la cacerola), añadimos las alitas partidas a la mitad y previamente salpimentadas. Rehogamos todo y dejamos unos diez minutos a fuego medio. Después vertemos los mejillones y las gambas. Removemos todo bien para que se mezclen los sabores y le añadimos el pimentón. Bajamos el fuego y lo dejamos unos diez o quince minutos. Este preparado lo podemos dejar listo e incluso congelar para otro día. Yo suelo hacer el doble y congelar la mitad para otra vez.
Ha llegado el momento de echar el arroz. Mi medida es de tres puñados para dos y sale un plato único abundante. Pero como siempre, cada uno sabe lo que le admite el cuerpo.
Regamos con dos vasos de agua y dejamos cocer a fuego medio- bajo hasta que el arroz esté listo. No tengo un tiempo exacto ni una medida exacta de agua porque esto depende del arroz que utilicéis pero para que os quede meloso, debe quedar líquido cuando el arroz esté cocinado. Luego tapamos con un paño durante unos cinco minutos y a comer. Seguro que no sobra ni un poquito.

Codornices

Esta receta es para dos codornices que para mí, es un plato único estupendo. Se puede acompañar desde luego, con un poquito de escarola aliñada.

 
Ingredientes:

Dos codornices limpias
Una cebolla entera
Dos hojas de laurel
Un vaso (pequeño) de vino blanco
Aceite de oliva
Una punta de cuchillo de canela y otra de nuez moscada en polvo
Sal y pimienta

Receta: 

Salpimentamos las codornices y las doramos en una cacerola con aceite de oliva caliente y a fuego vivo. Cuando hayan cogido color, las sacamos y reservamos aparte. En ese mismo aceite, pochamos a fuego medio la cebolla partida en pequeños trozos. Después incorporamos de nuevo las codornices y le añadimos el laurel, el vino blanco, la canela y la nuez moscada. Tapamos y dejamos que se hagan a fuego medio- bajo durante unos veinte minutos o hasta que el vino haya reducido y la cebolla tome un color oscuro. Están buenísimas.

viernes, 24 de junio de 2011

Dominguera

Voy a hacerme dominguera. Lo decidí en mi última jornada playera, cuando comprobé que mi antigua rutina marítima  no le venía bien a mi nueva condición de intolerante.
Solía bajar a la arena envuelta en un larguísimo pareo blanco, con las gafas de sol protegiéndome de los rayos diurnos y que además me permitían echar una disimulada ojeada  a los michelines, bikinis y pectorales embadurnados de aceite ajenos. Para ver el ambiente en resumidas cuentas, pertrechada tras mis lentes de Armani.
Despacio, sujetando con mi natural elegancia la cesta de mimbres dorados por cuya esquina sobresalían por casualidad mis carísimas cremas solares, descendía por la escalinata del paseo sintiéndome la Grace Kelly de La Antilla. Caminaba por la arena esquivando pelotas y palas sin despeinarme lo más mínimo, incluso me permitía regalarle una sonrisa al despreocupado padre de las criaturas juguetonas. Yo soy así, me gusta hacer feliz a todo el mundo. Al llegar a mi tumbona, descubría mi exclusivo bikini de trescientos euros al tiempo que, siempre tras los cristales oscurísimos, miraba a mi alrededor esperando encontrar a mis vecinas de sombrilla con sus bocas abiertas ante semejante derroche de belleza.
Vuelta y vuelta al sol y lista para ir a tomar mi vermut al chiringuito. Después quizá una cerveza fresquita y preparada para agasajar a mi cuerpo con las delicias costeras.
Así era antes...más o menos.
Pero aquel día, al bajar al chiringuito se acercó el camarero a tomar nota. -"Buenos días, señora, una servesita fresca? que vaya la caló que está jasiendo". Al pedir un agua me mira con cara de circunstancia, pero creo que sigue empeñado en alimentarme como sea. "-Un agüita, mu bien. ¿Y para comer? Tenemos una dorada a la espalda que de tímida no tiene na, señora. Fresca, fresca. Pedimos una?". Amablemente rechazo la sugerencia: "-No puedo tomar la dorada, gracias, sufro de  intolerancia al pescado". "-Vaya por Dios, señora, que mala zuerte. Pues entonses le voy a poné unos shoquitos rebosaos que da gloria vel-los. No le digo cómo están los shoquitos, señora, eso hay que probal-lo". De nuevo le agradezco el ofrecimiento y le explico que tampoco puedo tomarlos por mi intolerancia a la harina de trigo. "-Shiquilla, y qué puede tomá entonse? Le traigo una sentollita que nos han traído esta mañana de Galisia?". No, eso tampoco puedo tomarlo, es por el riñón. -"¿Qué también tiene el riñón intolerante, señora?". No, lo tengo sano gracias a Dios, por eso no quiero dejárselo aquí cuando tenga que pagar. Al final me conformo tomando una tomate aliñado mientras una lágrima recorre mi mejilla al ver pasar una bandeja de sardinas asadas calentitas por delante de mi cara de intolerante.
Pues bien, se terminó el mundo del chiringuito para mí. El mundo chiringuitil está presidido por tres de mis grandes enemigos: pescado, harina y cerdo (y no me refiero al señor de delante que se saca medio filete de entre los dientes con un palillo). De ahora en adelante seré dominguera. Enterraré mi sanísima sandía en la arena, comeré en condiciones mis filetes empanados sin gluten, tomaré sin complejos mi café con leche de avena preparado en mi estupendo termo de los chinos... Pero todo con glamour, que con lo que cuestan los productos "SIN", no me da para cambiar el pareo este verano.

lunes, 20 de junio de 2011

Melva con verduras confitadas

Este es un plato prohibido para mí  (de momento) pero a los que os guste el pescado y podáis disfrutar de él, seguro que os va a encantar. Lleva un ratito confitar las verduras pero aparte de esto, os resultará muy fácil de hacer y el resultado es espectacular. ¿Preparados?





Ingredientes: (Para dos personas)

Una melva fresca grandecita
Medio pimiento rojo
Medio pimiento verde
Media cebolla
Un diente de ajo o media cucharada de café de ajo molido
Un tomate maduro
Un puerro
Perejil picado
Harina de arroz
Aceite de oliva
Una pizca de azúcar
Sal y pimienta molida

Receta:

En una cacerola ponemos un poco de aceite de oliva (menos de un dedo) y añadimos el puerro con la cebolla muy picaditos. Dejamos que se hagan unos tres o cuatro minutos. A continuación añadimos los pimientos picados de mismo modo, en trocitos pequeños. Rehogamos y dejamos otros tres o cuatro minutos. Ahora echamos el tomate picado en cuadrados pequeños y el ajo, que también irá muy picado.Todo esto lo habremos hecho a fuego medio. En el momento en que hayamos incorporado todos los ingredientes, salpimentamos y añadimos una pizca de azúcar. Bajamos al mínimo y dejamos que  confiten. Una media hora aproximadamente, eso sí, daremos una vuelta de vez en cuando para evitar que se pegue.
Mientras cortamos la melva en rodajas de unos dos dedos de grosor. Las enharinamos tras haberlas salpimentados y las freímos en aceite caliente. El pescado tiende a resecarse si está muy frito de modo que daremos una vuelta a las rodajas cuando estén doradas y las sacamos. Una vez las tengamos listas y la verdura confitada, incorporamos el pescado a la fritada y dejamos unos cinco minutos por cada lado a fuego medio.
Al emplatar, añadimos el perejil picado por encima y a comer!

viernes, 17 de junio de 2011

Arroz con higaditos de pollo

A pesar del calor que hace hoy en Sevilla, se me han antojado higaditos de pollo. Los haremos con arroz, una receta muy económica y buenísima. Vamos allá:





Ingredientes:

Medio kilo de higaditos de pollo
Una cebolla
Un pimiento verde
Una lata de tomates enteros pelados
Un vaso de vino blanco
Un vaso de caldo de pollo (casero, los que venden llevan harina de trigo, manteca de  cerdo o lactosa, al menos los que yo he visto)
Arroz (suelo echar tres puñaditos para dos personas)
Aceite y sal.

Receta:

En una cacerola con un poco de aceite de oliva, doramos a fuego medio la cebolla y el pimiento que habremos picado en trozos muy pequeños. Cuando empiecen a coger color (unos 8-10 minutos), añadimos los higaditos y la sal. Rehogamos hasta que pierdan el color de "crudo", entonces será el momento de echar el tomate, que habremos picado previamente. Dejamos unos tres o cuatro minutos y seguido lo regamos con el vino blanco. Bajamos el fuego y dejamos que se evapore el alcohol sin prisas. Llegados a este punto podemos apagarlo si tenemos que salir y dejarlo listo para, a la vuelta, echar el arroz. La cantidad que os pongo es aproximada, con seis puñados para cuatro personas sale buena cantidad. Añadimos pues el arroz y lo mezclamos bien con los higaditos. Vertemos el caldo de pollo y dejamos que se haga el arroz a fuego medio. Si es necesario, añadir agua (más o menos según lo caldoso que os guste). Y listo. Está delicioso. ¡A comer!

jueves, 16 de junio de 2011

CENAS

La hora de la cena es para mí, la mejor del día. Un rato de relax para hablar de como ha ido el día, de como está el mundo o simplemente para disfrutar de un momento de silencio cuando los peques están ya dormidos. El problema es que ahora están prohibidas las pizzas, los bocatas de pollo con tomate natural y ali oli y las ensaladas de canónigos con rulo de cabra fundido, pasas y salsa de limón, miel y un pelín de aceite de oliva. Ah, que tiempos aquellos...Pero, el verano y el calor traen consigo las ganas de comer platos frescos y poco elaborados, perfectos para mantener la linea y perfectos para nosotros. No todo iba a ser malo, no?
Por aquí os dejo algunas ideas para las cenas veraniegas. Continuará...



SALPICÓN DE MARISCOS

Ingredientes:

Un kg. de mejillones (o un par de latas de mejillones al natural)
Un cuarto de pulpo cocido (o un par de latas de pulpo al natural)
Un cuarto de langostinos cocidos (estos sí que sí, toca pelarlos)
Un tomate grande de ensalada
Medio pimiento verde
Cebolla (al gusto, yo le pongo media)
Aceite de oliva, vinagre y sal.

Receta:

Si hemos comprado los mejillones frescos, los limpiamos bien y los ponemos a cocer con un pelín de agua (ni un dedo), un chorrito de vino blanco y dos hojas de laurel. En cuanto estén abiertos, retiramos, dejamos enfriar y les retiramos la concha.
El pulpo, si no es de lata, lo troceamos en rodajas.
Pelamos los langostinos.
Troceamos el tomate, el pimiento y la cebolla. A mí me gusta hacerlo en pequeños trocitos pero lo dejo al gusto de cada uno.
Mezclamos en una ensaladera el picadillo con los mejillones, el pulpo y los langostinos. Añadimos el aceite de oliva, el vinagre y la sal. Si lo dejamos hecho por la mañana, por la noche estará aún mejor y además, podremos salir a tomar una cervecita a una terraza sin prisas por volver a hacer la cena.




ENSALADA FRESCA

Ingredientes:

Lechugas variadas
Un huevo cocido
Cebolleta
Una lata de espárragos
Media lata de maíz
Carne de cangrejo (la hay en lata o en congelados)
Aceite, vinagre y sal.
Mahonesa ligera

Receta:

Lavamos y troceamos las lechugas. Picamos la cebolleta muy fina y la añadimos a las lechugas. Picamos el huevo y repetimos la operación con los espárragos. Añadimos el maíz y la carne de cangrejo (cantidad al gusto). Si lo vamos colocando por capas queda más bonita al presentarla. Cuando ya tenemos todos los ingredientes colocados, regamos un chorrito de aceite de oliva y vinagre. Sal al gusto. Para terminar, decoramos con mahonesa que podemos echarla directamente en la ensalada o bien dejarla en una salsera y que cada cual se sirva la cantidad que guste.



ROLLOS DE PAVO RELLENOS DE CASIGUACAMOLE


Ingredientes:

Un paquete de pechuga de pavo (libre de lactosa, proteínas de leche, etc.)
Un aguacate maduro
Medio tomate rojo
Un cuarto de cebolla (una cuarta parte, no un cuarto de kilo)
Un cuarto de pimiento (idem)
Aceite, limón y sal.
Pimienta negra molida
Craquers sin gluten ni lactosa

Receta:

El guacamole de esta receta no lo es tanto ya que carece de algunos ingredientes para poder llamarse así, de modo que yo lo he bautizado como "casiguacamole". No es tan fuerte y creo que para una cena está perfecto.
Troceamos con un tenedor la carne del aguacate y rociamos con unas gotas de limón. Le añadimos el tomate, la cebolla y el pimiento muy (muy) picaditos. Mezclamos todo y le añadimos un poco de aceite y sal. Estiramos las lonchas de pavo y las rellenamos con el "casiguacamole". Dependiendo del tamaño, dividimos los rollos en dos o en tres porciones y colocamos cada una encima de un craquer o tostadas normales para los acompañantes. Para decorar podemos poner medio tomate cherry y un poco de orégano por encima. También podemos añadir un poco de pimienta negra recién molida y un chorrito de aceite de oliva. Listo.

sábado, 11 de junio de 2011

El placer de terminar.

Paseaba por entre los naranjos sintiéndose la Leonora de Blasco Ibañez. Corría un viento suave que permitía andar bajo el sol aún a las cinco de la tarde de un mes de mayo andaluz. Disfrutaba tocando las hojas de los árboles que encontraba a su paso, se sentía dichosa con el leve movimiento de su largo cabello cobrizo sobre la espalda y fue un poco más feliz al contemplar la bajada sinuosa del arroyo por entre las piedras que encontraba en el camino.
Hacía apenas un momento que acababa de terminar la lectura de su último libro y como embargada por el olor que la Naturaleza desprendía en él, salió a sentirse la protagonista de la novela en medio de aquellos azahares. Revivía en su cabeza los últimos párrafos y volvía a distinguir la misma sensación una y otra vez. Casi sentía pena por haberlo terminado.
Pasaron las horas sin darse cuenta, lo notó cuando el suave viento se transformó en un aire frío y el sol dio paso a las estrellas. La melancolía por haber finalizado el último libro dio paso a la impaciencia por  empezar el siguiente. Seguía teniendo ganas de Naturaleza y eligió a Galdós para continuar soñando.
Cubrió sus hombros con la vieja manta del sofá, preparó un café caliente y se sirvió el último trozo de bizcocho de leche que quedó del desayuno y allí, sentada en el porche de la casa de sus abuelos, se dispuso a disfrutar de sus pasiones a solas. Respiró hondo... y comenzó.

jueves, 9 de junio de 2011

Tarta abizcochada de manzana


Esta tarta o bizcocho o tarta abizcochada es, como todo lo que intento poner aquí, muy sencilla. Es apta para intolerantes a la lactosa y a la harina de trigo. Vamos allá:






Ingredientes:

Cuatro huevos
Una medida de harina de arroz (yo utilizo un vaso de los de agua pero sirve igual un vasito de yogurt, por ejemplo)
Dos medidas de leche de almendras o cuatro cucharadas de crema diluidas en dos vasos de agua)
Dos medidas de azúcar
Un sobre de levadura sin gluten
Ralladura de limón
Una manzana



Receta:

Batimos los cuatro huevos y vamos añadiendo el resto de los ingredientes poco a poco y mezclando bien. Es importante poner empeño en esto si utilizamos la crema de almendras ya que tiende a quedarse abajo.
Con la manzana tenemos dos opciones: trocearla en cuadraditos o hacerlo en gajos y colocarlos a la manera tradicional una vez tengamos la mezcla en su molde. Yo siempre opto por la primera opción porque me falta paciencia para colocarlos todos perfectamente, pero esto va en gustos. Si lo troceamos en pequeños trozos, podemos verterlos a la mezcla tranquilamente ya que siempre saldrán a flote y quedarán arriba. Le da un toque de Plum Cake que me gusta. Una vez lo tenemos en el molde, lo introducimos en el horno ya caliente. Lo dejamos cocinarse a 200º unos 45 minutos (como siempre, depende del horno).

Para decorarla podéis espolvorear un poco de azúzar glas por encima una vez fría o darle una capa de mermelada de melocotón (por ejemplo). Rica, rica.                                                                           

"Si yo fuera rica...

sería celiaca"- añadió mi amiga Ana con la mirada perdida, tras haber procesado en su mente el precio del pan de molde sin gluten de la tienda de dietética. "-Pero bueno, tú has visto qué dineral cuesta todo?". Pues sí, ser celiaco o intolerante a la lactosa o a cualquier alimento básico, es todo un lujazo. De manera que tienes dos opciones: gastarte el dinero que guardas para la universidad de los niños en una visita a "La boutique del intransigente" o te pones  manos a la masa y decides hacer tú mismo algún manjar con el que agasajar a tu delicado cuerpecito. De hacerlo así puede que uno de los niños pueda tener sus estudios. Eso sí, en la pública, que luego se les va un pico en fotocopias.

  De cualquier modo no hay que ser tan negativos. Esto de la intolerancia también es muy chic.  De hecho en las páginas interiores del Vogue, aparece en la columna de lo que está in.  Sí, sí, justo al lado de las sandalias de diecisiete centímetros de Manolo Blanik (para lo que también hay que ser rica, por cierto). Porque a ver, eso de rechazar una bandeja de jamón recién cortado con un suave gesto de muñeca y una delicada sonrisa cuando el camarero se acerca a ti en el aperitivo de una boda,  eso da que hablar seguro. Los demás abrirán sus bocas llenas con el pedazo de pan (o de baguette, que estamos en un enlace muy fino) que han tomado para acompañar su bocado del impúdico animal  y admirarán la entereza y la distinción con la que hemos obviado manchar nuestras estilizadas manos de grasa. Claro que también habrá quien diga aquello de " lo que hacen algunas para meterse en el traje nuevo..."

Yo sigo pensando que contarle a tus amigas que tomas el té con leche de almendras y que lo acompañas con un delicioso y tremendamente ligero bizcocho de harina de arroz  (es importante enfatizar esto de ligero), es enormemente glamouroso...¿qué es eso de tomarte el café con leche condensada antes de engullir un brownie de chocolate blanco caliente?. Demasiado mundano para mí, muy al alcance de todos. Lo mío es lo exclusivo, lo único, lo selecto. Lo mío es el Armani de las pastas, el Cartier de los panes, el Dom Perignon de las leches. Exactamente igual de caro.

martes, 7 de junio de 2011

Berenjenas rellenas

Es un plato bastante fácil y medianamente rápido. Los ingredientes son para dos personas o para cuatro que coman poco (no es nuestro caso):

Ingredientes: 

Dos berenjenas
400 grs. de carne de ternera picada
una cebolla
dos dientes de ajo
tomate frito (un brik pequeño si es comprado o un tazón si es casero)
Aceite de oliva
Sal
Orégano

Receta:
Partimos las berenjenas a la mitad y ponemos las cuatro mitades hacia arriba en la bandeja de horno sobre papel vegetal (recomendadísimo). Unos 20 minutos a 200º, siempre pendientes porque esto depende del horno.
En una sartén grande ponemos un chorrito de aceite de oliva. Cuando esté caliente añadimos la cebolla picadita y los ajos también picados. Dejamos que se pochen sin que lleguen a dorarse en exceso y entonces echamos la carne picada. Rehogamos todo. En el momento en el que la carne esté hecha, le añadimos el tomate frito, removemos y esparcimos el orégano (al gusto) y un poco se sal.
Sacamos las berenjenas del horno y con ayuda de un cuchillo y una cuchara (o un vaciador de melones si disponemos de él), las vaciamos dejando un borde no muy fino para que no se desmoronen. Troceamos la carne de la berenjena en trocitos y los vertemos sobre la sartén con la mezcla anterior. Ahora es el momento de, una vez bien mezclado todos los ingredientes, bajar el fuego y dejarlo muy suave durante unos 15-20 minutos, cuidando de que no se nos pegue. El tomante adquiere un gusto muy bueno si lo hacemos así, pero está rico igualmente si tenemos prisa y no contamos con estos minutos. Apartamos y rellenamos las berenjenas. Para los comensales no intolerantes, podemos añadir un poco de salsa bechamel y queso para fundir y darle un golpe de horno (al gril, unos 5 minutos) y listo para servir.
Esta receta la podemos dejar preparada el día anterior y en la nevera. Están incluso más buenas.
Buen provecho!!

Nueva vida

Recuerdo aquellos días en los que iba a hacer la compra semanal sin tener que leerme los ingredientes de todos y cada uno de los alimentos que quería comprar. ¿Qué quería jamón de pavo?, pues al carro! ¿Qué eran palitos de surimi?, pues venga, sin pensarlo dos veces! Pero llegó aquella tarde en la que mi médico me dijo que tenía que dejarlo, me refiero a lo de comprar sin echar una lectura rápida antes de seguir llenando el carrito en cuestión. "Piensa -me dijo muy seria- que vas a iniciar una nueva vida". Pues muy bien, no es el fin del mundo, pensé yo incrédula. Hay muchísimas cosas en todo un Mercadona que sí puedo comer y bueno, pasar del jamón en las bodas ya lo tengo más que entrenado desde mi embarazo. Pero oh, sorpresa! no es tan fácil. Con estas nos plantamos en el super mi querido (marido, no querido a secas) y yo. Hasta ahora pensaba que podría preparar unos suculentos rollitos de jamón de pavo rellenos de lechuguita picada, surimi en tiras, su poquito de cebolleta bien picadita y unas cucharaditas de mahonesa: no hay pescado (prohibido), ni cerdo (idem) ni nada que pudiera hacerme daño...a simple vista, claro. Antes de lanzar mi paquetito de pavo grácilmente a la cesta, con movimiento de melena al viento incluido, recuerdo a mi doctora hablándome desde un bocadillo animado diciéndome "¿Dónde te crees que vas con eso, así, a la primera?", de modo que me paro a leer los ingredientes segura de que ya tenía la cena resuelta. "Pavo, azúcares, bla, bla, bla, lactosa, bla...¿¿¿¿lactosa????". Hombre, no ducharme con el Lactovit lo tenía ya asumido pero que el pavo tenga lactosa me dejó fuera de juego. "No importa-  le dije a mi amado esposo-, de entre estas cien marcas, alguna seguro habrá sin el elemento maligno". Y allí que nos pusimos a leer y leer lo que resultaría el equivalente en letras a la primera parte de El Quijote, hasta que por fin dimos con ella: pechuga de pavo que sólo tenía pechuga de pavo y sal (y diez excipientes de los que no recuerdo el nombre)!!!!!. "Ahora a por el surimi, amor, que tenemos la muñeca caliente"!!, le dije yo, emocionada y embargada por el triunfo sobre las pechugas de pavo. El surimi no me fallaría,  es tan sólo un cangrejo que nació más alto y esbelto, le quitaron su caparazón y lo metieron en su bolsita correspondiente. Bueno, ya sabía que no, pero lo que desconocía es que el surimi tiene de todo menos cangrejo!!! Alguna marca le echa un poquito, aroma de cangrejo creo que lo llaman, y casi todo es pescado así que mi gozo en un pozo. Aquella fue la experiencia que me abrió los ojos cual Lázaro con el toro de piedra, de modo que cogí mi lechuga y mis tomates cherry y me volví a casa con el surimi entre las piernas..."A Dios pongo por testigo, -me dije muy melodramática yo- que nunca volveré a hacerme una cena tan convencional!"...Y así nació este blog, una ayuda para mí y para aquel que lo necesite. Bienvenidos.