Siempre suelo tener en el congelador mejillones y gambas peladas porque para un apuro vienen muy bien. Hoy pensaba hacer unas alitas de pollo al horno pero se me ocurrió juntar todo y el resultado ha sido un arroz impresionante. El secreto creo que ha sido el pimentón. Bueno... y cocinar con muuuuucho amor.
Ingredientes:
Seis alas de pollo
Un puñado (aproximadamente 100grs.) de mejillones descongelados. Por supuesto, mucho mejor si son naturales.
Un puñado de gambas peladas descongeladas
Una cebolla
Medio pimiento rojo
Medio pimiento verde
Un tomate maduro
Cuatro dientes de ajo
Perejil picado
Una cucharada de café de pimentón (de La Vera)
Aceite de oliva, sal y pimienta.
Receta:
Lavamos la vedura y pelamos el tomate. Lo troceamos todo en pequeños cuadrados menos los dientes de ajo a los que, con la misma piel, daremos un golpe (por ejemplo con el mango de un cuchillo). En una cacerola con aceite caliente, vertemos los ajos machacados (no demasiado) y dejamos que se doren bastante, sin que lleguen a quemarse. Los sacamos y retiramos. En ese mismo aceite vertemos la cebolla. Dejamos dos o tres minutos y añadimos los pimientos. Rehogamos de nuevo unos minutos a fuego medio y añadimos el tomate también partido en trozos pequeños. Bajamos el fuego y echamos un pellizco de sal. Dejamos que se haga durante unos diez minutos, sin prisas. La base de un buen plato es a menudo un buen sofrito, de modo que merece la pena tomarnos algo más de tiempo en este paso.
Una vez que lo tenemos hecho (el tomate empieza a pegarse ligeramente al fondo de la cacerola), añadimos las alitas partidas a la mitad y previamente salpimentadas. Rehogamos todo y dejamos unos diez minutos a fuego medio. Después vertemos los mejillones y las gambas. Removemos todo bien para que se mezclen los sabores y le añadimos el pimentón. Bajamos el fuego y lo dejamos unos diez o quince minutos. Este preparado lo podemos dejar listo e incluso congelar para otro día. Yo suelo hacer el doble y congelar la mitad para otra vez.
Ha llegado el momento de echar el arroz. Mi medida es de tres puñados para dos y sale un plato único abundante. Pero como siempre, cada uno sabe lo que le admite el cuerpo.
Regamos con dos vasos de agua y dejamos cocer a fuego medio- bajo hasta que el arroz esté listo. No tengo un tiempo exacto ni una medida exacta de agua porque esto depende del arroz que utilicéis pero para que os quede meloso, debe quedar líquido cuando el arroz esté cocinado. Luego tapamos con un paño durante unos cinco minutos y a comer. Seguro que no sobra ni un poquito.
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